¿Estás contando tu historia?

Aunque el contar historias es una actividad ancestral en la cual las personas transmitían sabiduría a las nuevas generaciones, hoy por hoy es una herramienta de comunicación, que si se realiza de una forma estratégica y sistemática puede fortalecer la relación con nuestros clientes.

Las historias poseen grandes cualidades: son ilustrativas, memorables, nos ayudan a hacer lazos emocionales con el consumidor fortaleciendo así la fidelidad de marca.

Una buena manera de empezar a contar nuestra historia es llevando un registro adecuado de las actividades -tanto cotidianas como trascendentes - de nuestras organizaciones. Al hacerlo es recomendable añadir una imagen, una breve descripción y la fecha. La tecnología y las redes sociales nos permiten documentar convenientemente estos hechos. Es valioso de igual forma ir al “baúl de los recuerdos” y rescatar cualquier fotografía, objeto o documento antiguo a partir de los cuales podamos comenzar a hablar sobre los inicios de nuestras empresas. ¿Qué tal la fotografía de nuestra primera cotización autorizada? ¿O nuestra primera tarjeta de presentación? ¿Conservas la primera máquina de tu fábrica?

Encuentra la forma de compartir con las demás personas tu esencia y valores de servicio. El volver a los orígenes nos permite además, recordar la razón principal por la que nos atrevimos a emprender en un inicio.

“Todos tenemos una historia que contar. Nuestras empresas, marcas y servicios son una extensión de nuestras propias vidas” Más allá de entretener, una historia bien contada tiene el poder de “enseñar”.

Atrévete a contar tu historia y descubre cuán relevante puede ser esta información para las personas que están buscando las soluciones que tu ofreces.

Por: Ana Fabiola Coloma de León

Licenciada en Mercadotecnia con énfasis en Publicidad Co-fundadora de Mi-Zión Diseño&Publicidad af.coloma@mizion.com.gt